El cantautor cubano Silvio Rodríguez fue galardonado este viernes con el Coral de Honor en la gala de premios del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana por sus contribuciones a bandas sonoras del cine cubano, patentadas en clásicos como “El hombre de Maisinicú” y “Elpidio Valdés”.
La gala fue colofón del Festival, que desde el 1 de diciembre ha proyectado cientos de películas, y el cantautor provocó la mayor oleada de aplausos de la noche al subir a recoger el premio y dirigir al público unas palabras.
“La revolución es lucidez y no autocomplacencia”, aseguró el músico, que deseó que las instituciones culturales cubanas “sean cada vez más sabias e inclusivas” para acercar al país a “la plenitud que solemos soñar”.
Silvio recordó en una breve alocución –y citó uno a uno– a todos los integrantes, “presentes y ausentes”, de la nueva trova, el movimiento musical que fundó hace 50 años entre otros junto al cantautor Pablo Milanés, recientemente fallecido.
Milanés acaparó por su parte los mayores aplausos en la gala de inauguración del Festival de Cine de La Habana, cuando se le rindió un sentido homenaje por parte de la organización que compartieron los asistentes, principalmente del mundo de las artes.
La boliviana “El gran movimiento” acaparó los principales galardones de la noche, entre ellos el de Mejor largometraje de ficción y el de Mejor director, que fue para Kiro Ruso. Además, ganaron los apartados de Mejor película, Sonido y Edición.
El filme «Regra 34», una coproducción brasileña y francesa bajo la dirección de Julia Morat, obtuvo un Coral especial del jurado en la categoría Largometraje de ficción.
El emblemático actor argentino Ricardo Darín fue galardonado como Mejor Actor por su papel en «Argentina, 1985», mientras Julia Chávez ganó el Coral como mejor actriz por “El otro Tom”, de México.
La película “Argentina, 1985”, que se exhibió en la gala de inauguración, obtuvo el de Mejor dirección artística, Mejor guion y Mejor actuación masculina, además del Signis, que concede la Asociación Católica Mundial de la Comunicación.
Por su lado, “Mato seco em chamas”, una coproducción entre Brasil y Portugal se llevó los premios en Música Original y Fotografía.
El premio Coral de Cortometraje fue para la película brasileña “Una historia de obreras”, de Nina Kopko, al tiempo que la cinta “Amparo”, realizada entre Colombia, Suecia y Alemania ganó en la categoría de Opera prima.
La coproducción paraguaya-argentina “Eami”, dirigida por Paz Encina, ganó el Coral en el apartado de mejor largometraje documental y “Abisal”, de Alejandro Alonso, realizado entre Cuba y Francia, obtuvo el galardón en Cortometraje documental.
En esta edición los premios especiales recayeron en “Cadê Heleny”, de Esther Vital (Brasil-España) y la guatemalteca “El silencio del topo”, de Anais Taracena.
Entre los reconocimientos destacó la concesión del nuevo premio Arrecife a la película de producción colombiana y francesa “Un varón”, del director Fabián Hernández, al considerar el jurado que fue la obra del Festival que mejor recoge la realidad de la comunidad LGBTIQ+.
Fueron también galardonadas varias óperas prima, entre ellas la chileno-argentina “1976”, de Manuela Martelli, y “Amparo”, del director Simón Mesa Soto, una producción de Colombia, Suecia, Alemania y Catar.
La edición 43 del Festival, primera en formato tradicional tras dos años de pandemia, incluyó en la selección oficial 185 trabajos, entre cortometraje de ficción, óperas prima, documentales y obras de animación.
Compitieron este año un total de 15 obras al premio al mejor largometraje y otras tantas a óperas prima, 17 documentales, 15 cortometrajes de ficción, diez documentales en formato cortometraje, 29 cintas animadas, 32 guiones inéditos y 30 carteles.
Los países más representados entre las cintas seleccionadas fueron Argentina, México y Brasil, aunque los organizadores destacaron la presencia de películas de Bolivia y Costa Rica. Más allá del continente americano están presentes también España, Francia y Portugal.
El festival contó con una serie de actos paralelos, entre los que destacó el homenaje al cineasta cubano Nicolás Guillén Landrián (1938-2003), que incluyó la proyección de algunas de sus obras restauradas y un documental sobre su vida, de Ernesto Daranas.
Con información de EFE