Car­ta de Igna­cio Ramo­net a Joe Biden

By Published On: Sep­tem­ber 11, 2024Cate­go­ries: News, Unca­te­go­ri­zed, US Blo­cka­de

 vier­nes, 6 de sep­tiembre de 2024

Car­ta de Igna­cio Ramo­net a Joe Biden

Igna­cio Ramonet
Pro­fe­sor. Escri­tor. Periodista
París (Fran­cia)

Mr. Joseph R. Biden
Presidente
de los Estados Uni­dos de América
Washing­ton DC (EEUU)

Señor Pre­si­den­te Joe Biden,
Su man­da­to pre­si­den­cial se ter­mi­na den­tro de pocos meses. Me per­mi­to escri­bir­le, con todo res­pe­to, en nombre de un núme­ro importan­te de per­so­nas, movi­mi­ent­os socia­les, sin­di­ca­tos, aso­cia­cio­nes huma­ni­ta­ri­as y orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les a tra­vés del mun­do que fir­man con­mi­go esta car­ta y que espe­ran un gesto de usted para reparar una pro­fun­da inju­s­ti­cia comet­ida el 12 de ene­ro de 2021 por su pre­de­ce­sor, Donald Trump, cuan­do, a unas sema­nas de aban­do­nar la Casa Blan­ca, deci­dió ‑sin bases lega­les rea­­les- rein­scri­bir a Cuba en la infa­me lis­ta de Estados patro­cina­do­res del ter­ro­ris­mo (lis­ta SSOT, por sus ini­cia­les en inglés).

Señor Pre­si­den­te, como usted sabe, esa lis­ta SSOT es un meca­nis­mo de polí­ti­ca exte­ri­or con­ce­bi­do por la Secre­ta­ría de Estado (Can­cil­le­ría) de Estados Uni­dos para sancio­nar a aquellos paí­ses que «pre­stan apo­yo repet­ida­men­te a actos de ter­ro­ris­mo internacional”.

Señor Pre­si­den­te, en un acto de jus­ti­cia y de luci­dez polí­ti­ca, la Admi­nis­tra­ción del pre­si­den­te Barack Oba­ma, de la cual usted for­ma­ba par­te, había reti­ra­do a Cuba de esa des­hon­ro­sa lis­ta en 2015. Lo cual repre­sen­tó un paso muy posi­tivo para for­jar, por fin, una rela­ción más con­s­truc­ti­va con La Haba­na. Duran­te el Gobier­no de Barack Oba­ma, sien­do usted Vice-Pre­­si­­den­­te de los Estados Uni­dos, se pudo en efec­to avan­zar hacia una nor­ma­li­za­ción de las rela­cio­nes diplomá­ti­cas ent­re dos veci­nos con sis­te­mas polí­ti­cos dife­ren­tes pero dispues­tos a enten­der­se en base al res­pe­to mutuo.

Señor Pre­si­den­te, usted no des­co­no­ce que Cuba siemp­re ha den­un­cia­do y com­ba­ti­do el ter­ro­ris­mo. Jamás lo ha alen­ta­do o patro­cina­do. Nun­ca lo ha prac­ti­ca­do. Des­de hace 65 años, a pesar de las ten­sio­nes que han podi­do existir ent­re Estados Uni­dos y Cuba, no se pue­de citar un solo caso de acción vio­len­ta ocur­ri­da en ter­ri­to­rio estadoun­iden­se que haya sido apa­dri­na­do, direc­ta o indi­rec­ta­men­te, por La Haba­na. ¡Ni un solo caso! En cam­bio, Cuba ha sido uno de los paí­ses más ata­ca­dos por orga­ni­za­cio­nes ter­ro­ris­tas. Más de 3 500 ciu­da­da­nas y ciu­da­d­a­nos cuba­nos han muer­to en aten­ta­dos comet­idos por gru­pos ter­ro­ris­tas finan­cia­dos, arma­dos y ent­re­n­a­dos por orga­ni­za­cio­nes vio­len­tas basa­das, en su mayo­ría, en Estados Uni­dos. O sea, que es el mun­do al revés. Y usted lo sabe.

Señor Pre­si­den­te, tam­po­co igno­ra usted que al haber inclui­do ‑injus­­ta­­men­­te- a Cuba en esa lis­ta SSOT, se le apli­can a este país y a toda su ino­cen­te pob­la­ción, num­e­ro­sas y dolo­ro­sas medi­das coer­ci­tiv­as uni­la­te­ra­les. Las con­se­cuen­ci­as más atro­ces se deri­van del ries­go aso­cia­do a cual­quier tipo de ayu­da huma­ni­ta­ria, nego­cio, inver­sión y comer­cio que impli­que a Cuba y, por exten­sión, a sus ciu­da­d­a­nos. Por ejem­plo, a los cuba­nos con ciu­da­danía extran­jera que reú­nen los requi­si­tos para una exen­ción del Sis­te­ma Elec­tró­ni­co de Auto­ri­za­ción de Via­je (ESTA, por sus siglas en inglés) para via­jar a Estados Uni­dos, se les ha dene­ga­do esa exen­ción. A los cuba­nos resi­den­tes en la Unión Euro­pea se les han cer­ra­do cuen­tas ban­ca­ri­as ya que, por estar su país en la lis­ta SSOT, ellos se con­vier­ten automá­ti­ca­men­te en “cli­entes de alto ries­go”. A muchos gru­pos reli­gio­sos se les han con­ge­la­do los fon­dos y blo­que­a­do los enví­os de ayu­da huma­ni­ta­ria a la isla. Las per­so­nas que inten­tan hacer una trans­fe­ren­cia de dine­ro por Pay­Pal o Wise a fami­lia­res en Cuba pue­den ver sus fon­dos con­ge­la­dos y sus cuen­tas blo­quea­das. La mayo­ría de los ban­cos se nie­gan a pro­ce­sar pagos cuba­nos y han con­ge­la­do incluso las sumas de dine­ro desti­na­das a activ­i­d­a­des huma­ni­ta­ri­as. La pre­sen­cia de Cuba en esa lis­ta SSOT limi­ta, para los par­ti­cu­la­res, la aper­tu­ra de cuen­tas ban­ca­ri­as en el extran­je­ro, el uso de instru­ment­os para cobros y pagos inter­na­cio­na­les, el acce­so a la ban­ca digi­tal, la cont­rat­a­ción de ser­vi­do­res y ser­vici­os online y mil impe­di­ment­os más.

Señor Pre­si­den­te, la inclu­sión de Cuba en esa lis­ta SSOT pro­vo­ca, ade­más, que los via­je­ros extran­je­ros de paí­ses inclui­dos en el ESTA que dese­an visi­tar Cuba ten­gan que soli­ci­tar un visa­do espe­cial en el Con­su­la­do Gene­ral de la Emba­ja­da de EEUU en su país de ori­gen. Esta polí­ti­ca, imple­men­ta­da por su Admi­nis­tra­ción, tiene un impac­to nefas­to en la indus­tria turí­sti­ca de Cuba, un sec­tor de decisi­va importancia para la frá­gil eco­no­mía de la isla.

Señor Pre­si­den­te, como usted sabe, todo esto vie­ne a aña­dir­se a las ter­ri­bles con­se­cuen­ci­as del cruel e ile­gal blo­queo econó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro con­tra Cuba que el Gobier­no de su país man­tiene des­de hace más de 60 años ‑des­co­no­ci­en­do la cla­ra posi­ción de la Comu­ni­dad inter­na­cio­nal y las suce­si­v­as reso­lu­cio­nes de la Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das -, con el obje­tivo de generar una situ­ación de caren­ci­as y des­con­ten­to en la pob­la­ción que con­duz­ca a pro­tes­tas con­tra las auto­ri­d­a­des cubanas.

Señor Pre­si­den­te, seme­jan­te dise­ño agre­si­vo, cau­san­te de tan­to dolor y tan­to cal­va­rio en la ino­cen­te pob­la­ción civil de Cuba, ha alcanz­ado este últi­mo decen­io – como pudo con­sta­tar­lo su pro­pia espo­sa Jill Biden duran­te su recor­ri­do por la isla en octub­re de 2016- dimen­sio­nes de cas­ti­go inhu­ma­nas. El pue­blo cuba­no care­ce de acce­so a muchos bie­nes y recur­sos bási­cos : medi­ci­nas, ali­ment­os, mate­ria­les de con­s­truc­ción, fer­ti­liz­an­tes, ener­gía, maqui­na­ria indus­tri­al, pie­z­as de recam­bio que no se pue­den import­ar por figurar Cuba en esa lis­ta. La ola migra­to­ria actu­al de expa­tria­dos cuba­nos hacia Estados Uni­dos, iné­di­ta en su magni­tud, es qui­zás el ejem­plo más ilus­tra­tivo del impac­to devas­ta­dor y el suf­ri­mi­en­to pro­vo­ca­do por las medi­das extre­mas y bru­ta­les con­tra la eco­no­mía cuba­na deriva­das tan­to del cri­mi­nal blo­queo como de la injus­ta inclu­sión de Cuba en la infa­me lis­ta SSOT.

Señor Pre­si­den­te, tam­po­co igno­ra usted que, en mayo de 2024, el Depart­a­men­to de Estado tomó la decis­ión de retirar a Cuba de la lis­ta de «Estados que no coope­ran en la lucha con­tra el ter­ro­ris­mo». Una decis­ión acertada y jus­ta. A pesar de ello y de mane­ra con­tra­dic­to­ria, incon­gru­en­te, con­fu­sa e inju­s­ti­fi­ca­ble, su Admi­nis­tra­ción insis­te en man­te­ner a Cuba en la lis­ta SSOT, la de los Estados patro­cina­do­res del ter­ro­ris­mo. ¿Cómo es posi­ble afir­mar, al mis­mo tiem­po, que Cuba sí coope­ra en la lucha mun­di­al con­tra el ter­ro­ris­mo, y a la vez acu­sar a La Haba­na de patro­ci­nar abier­ta­men­te el ter­ro­ris­mo ? La mejor mane­ra de cla­ri­fi­car esa con­tra­dic­ción, es sacar a Cuba, de inme­dia­to, de la lis­ta SSOT.

Señor Pre­si­den­te, Cuba no es un patro­cina­dor del ter­ro­ris­mo. Al con­tra­rio, Cuba es un patro­cina­dor de la paz. Y usted lo sabe. Por­que sin duda recuer­da que, sien­do usted Vice-Pre­­si­­den­­te de Estados Uni­dos, en 2016, se fir­ma­ron en La Haba­na los Acuer­dos de Paz ent­re el Estado de Colom­bia y las Fuerz­as Arma­das Revo­lu­cio­na­ri­as Colom­bia­nas (FARC), en ese momen­to con­sidera­das como «orga­ni­za­ción ter­ro­ris­ta», que pusie­ron fin a más de medio sig­lo de guer­ra y de mat­anz­as, y que incluso le valie­ron al Pre­si­den­te colom­bia­no Juan Manu­el San­tos el Pre­mio Nobel de la Paz. Eso no hubiera sido posi­ble sin la acti­va par­ti­ci­pa­ción diplomá­ti­ca del Gobier­no cubano

Señor Pre­si­den­te, esa paci­fi­ca­ción fue tan impac­tan­te que, a par­tir de 2018, el Gobier­no colom­bia­no del Pre­si­den­te Juan Manu­el San­tos soli­ci­tó a Cuba ser sede de un pro­ce­so de con­ver­sa­cio­nes con diri­gen­tes de otra orga­ni­za­ción arma­da, el Ejérci­to de Libe­r­ación Nacio­nal (ELN), tras la decis­ión de Ecua­dor de ren­un­ci­ar a ser sede. Como usted recuer­da, estas con­ver­sa­cio­nes con el ELN se para­li­za­ron tras un odio­so aten­ta­do comet­ido en Bogo­tá en 2019 con coche bom­ba que arrasó una aca­de­mia de policía cau­san­do num­e­ro­sas víc­ti­mas y cuya auto­ría reiv­in­dicó el ELN.

Señor Pre­si­den­te, a raíz de esa tra­ge­dia, el Gobier­no de Iván Duque soli­ci­tó la extra­di­ción a Colom­bia de los diri­gen­tes del ELN que, pro­te­gi­dos por un estatu­to diplomá­ti­co espe­cial, se hal­la­ban en Cuba para las nego­cia­cio­nes de paz. La Haba­na no pudo acce­der a esa soli­ci­tud. En efec­to, los acuer­dos diplomá­ti­cos inter­na­cio­na­les no lo per­mi­ten ya que la extra­di­ción vio­la­ría los pro­to­co­los estable­ci­dos como garan­te de las con­ver­sa­cio­nes de paz ent­re el ELN y el gobier­no colom­bia­no. Norue­ga, otro país garan­te cla­ve de esas con­ver­sa­cio­nes de paz, se mostró total­men­te de acuer­do con la posi­ción de La Haba­na así como la gran mayo­ría de los Gobier­nos. Sin embar­go, ese legí­ti­mo recha­zo de La Haba­na fue el pre­tex­to esgri­mi­do por su pre­de­ce­sor Donald Trump, en ene­ro de 2021, para vol­ver a incluir a Cuba en la abo­minable lis­ta SSOT.

Señor Pre­si­den­te, Cuba no ha ces­ado de pro­mo­ver la paz. Prueba de ello es que, en 2022, Gustavo Petro, el nue­vo Pre­si­den­te de Colom­bia, anun­ció que la soli­ci­tud de extra­di­ción de los diri­gen­tes del ELN sería reti­ra­da como par­te de su ini­cia­ti­va de “paz total”. La Haba­na, por su par­te, acep­tó ser de nue­vo anfi­trión y garan­te de las con­ver­sa­cio­nes de paz ent­re Bogo­tá y el ELN. Como usted sabe, gra­ci­as a la inter­me­dia­ción de Cuba, el 9 de junio de 2023, en La Haba­na, el pre­si­den­te Gustavo Petro y Anto­nio Gar­cía, coman­dan­te guer­ril­le­ro del ELN, se est­rech­a­ron la mano en una reu­nión don­de se acor­dó, por pri­me­ra vez, un pun­to de la agen­da pac­ta­da y un cese el fue­go bila­te­ral que con­sti­tuye un paso his­tóri­co hacia el silen­cio de las armas y la paz defi­ni­ti­va en Colom­bia. Este cese el fue­go, por cier­to, se reno­vó en La Haba­na seis meses des­pués, tras cru­cia­les ges­tio­nes del Gobier­no cuba­no. Meses des­pués, Cuba aco­gió una nue­va propues­ta del Gobier­no de Colom­bia de ser garan­te y sede alter­na­ti­va de otro pro­ce­so de paz, esta vez con el gru­po arma­do rebel­de Segun­da Marquetalia.

Señor Pre­si­den­te, Cuba no sólo es un pro­mo­tor de la paz sino que, como nin­gún otro país del mun­do, pro­mue­ve la salud. En el cur­so de los últi­mos vein­te años, La Haba­na ha envia­do a más de 600.000 pro­fe­sio­na­les y téc­ni­cos sani­ta­ri­os a unos 165 paí­ses. Lo cual ha signi­fi­ca­do ali­vi­ar el suf­ri­mi­en­to de muchos enfer­mos y sal­var­le la vida a mil­lo­nes de per­so­nas a tra­vés del mundo.

Señor Pre­si­den­te, Cuba no sólo es pro­mo­tor de paz y de salud sino que, como nin­gún otro país, pro­mue­ve tam­bién la edu­ca­ción, como lo ha reco­no­ci­do ampli­a­men­te la pro­pia UNESCO. Miles de maes­tros y de pro­fe­so­res cuba­nos han inter­ve­ni­do en dece­nas de paí­ses para com­ba­tir el anal­fa­be­tis­mo e impul­sar la esco­la­ri­za­ción de mil­lo­nes de niñas y niños. Eso es lo con­tra­rio mis­mo de «pro­mo­ver el terrorismo»…

Señor Pre­si­den­te, en 2021, poco des­pués de que usted se instala­ra en la Casa Blan­ca, vari­os altos fun­cio­na­ri­os de su Admi­nis­tra­ción pro­me­tie­ron que revi­sa­rí­an la inclu­sión de Cuba en la lis­ta SSOT. En octub­re de 2022, su pro­pio Secre­ta­rio de Estado, Antho­ny Blin­ken, rei­teró esa pro­me­sa. En 2023, cua­ren­ta y seis Con­gre­sis­tas, muchos de ellos demó­cra­tas, le envi­a­ron a usted una car­ta pidién­do­le que se cum­pli­e­se esa pro­me­sa. En junio de 2024, duran­te el 56 perío­do de sesio­nes del Con­se­jo de Derechos Huma­nos de la ONU, en una declar­a­ción con­jun­ta, nada menos que 123 paí­ses le exi­gie­ron lo mis­mo a su Gobier­no. Pero, a pesar de las pro­me­sas y de tan importan­tes soli­cit­a­cio­nes, usted sigue sin hacer nada para aca­bar con esa escan­da­losa injusticia.

Señor Pre­si­den­te, esa situ­ación se tiene que ter­minar. Usted lo sabe. No hay ni un sólo argu­men­to váli­do y razonable para acu­sar a Cuba y man­te­ner a su pob­la­ción bajo un cas­ti­go colec­tivo ile­gal e inhu­ma­no. Usted tiene auto­ri­dad para, antes de aban­do­nar la Casa Blan­ca, cor­re­gir tan cruel absur­do y sacar a Cuba de la lis­ta SSOT. ¡Hága­lo ya!

Con la espe­ran­za de que sepa usted, Señor Pre­si­den­te, estar a la alt­u­ra de este momen­to his­tóri­co y ati­en­da este pedi­do, se despi­de res­pe­tuo­sa­men­te de usted,

Igna­cio Ramonet